Aditivos del aceite, una protección extra imprescindible

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Une laborantine du centre Total ACS de Givors manipule des produits.

Total te explica la importancia de estos elementos tan necesarios en los lubricantes.

Hablemos de aditivos del aceite. Sí, sí: aditivos. Porque normalmente, cuando hablamos de lubricantes nos referimos a ellos como minerales, sintéticos o semisintéticos. Es decir, nos centramos en las bases que los componen, que son las grandes protagonistas, las que acaparan todos los focos. Sin embargo, siempre nos olvidamos de estos actores, a los que se les atribuye un papel secundario a pesar de que las bases perderían buena parte de su eficacia en distintos frentes si no contaran con su ayuda.

Este injusto ninguneo al que se ven sometidos los aditivos en las conversaciones tiene mucho que ver con que su proporción en el producto es mucho menor que el de la base correspondiente, que supone el 90% o más del lubricante. También por las propias características de las bases, que resisten mejor la presión y la temperatura cuanto más sintéticas sean, lo cual influye en la duración del producto final. Y esto es algo que interesa mucho a los conductores, lógicamente.

Sin embargo, desde Total estamos dispuestos a reivindicar la importancia que se merece el papel de los aditivos, unos componentes que no solo mejoran las propiedades de las bases, sino que también les proporcionan otras que no tienen y que son muy importantes para cuidar del vehículo.

Así que lo diremos sin rodeos: los aditivos son productos necesarios para que la base de aceite pueda dar la protección necesaria al motor, la caja de cambios, los puentes, las cajas de transferencia y las reductoras, entre otros componentes del vehículo.

 

¿Qué es un paquete de aditivos?

Ahora que ya tenemos claro que los aditivos son mucho más que un actor secundario en la lubricación de componentes de los vehículos, vamos a hablar sobre cómo se utilizan.

Normalmente se emplea la expresión “paquete de aditivos” para referirnos a aquellos que componen un lubricante determinado junto a la base. ¿Por qué se recurre a ella? Porque, en función del tipo de trabajo que van a desempeñar, se seleccionará un conjunto de aditivos para conformar, por ejemplo, un aceite de motor, un aceite de puentes o un aceite de cajas automáticas.

Esto quiere decir que se emplearán varios aditivos, en distintas proporciones, según el tipo de protección que se necesite. Por ejemplo, para evitar el desgaste en una caja de cambios o un puente necesitaremos contar con aditivos de extrema presión: estos actúan a elevadas presiones y temperaturas creando sobre la superficie del metal una nueva capa resistente, la cual facilita que el desgaste sea menor. Sin embargo, para presiones menores, como las que se dan en un sistema hidráulico de una máquina de obras públicas, se emplearán aditivos antidesgaste.

Como hemos visto, el objetivo de unos y otros aditivos es el mismo, es decir, disminuir el desgaste en las zonas donde se producen contactos entre las superficies de las piezas, de tal manera que la vida útil de estas sea máxima. Sin embargo, el tipo y proporción empleados varían en función de la protección que se requiera en cada caso.

De esta manera, podemos deducir que el paquete de aditivos a emplear dependerá de las condiciones de funcionamiento y que no es el mismo para cada tipo de aceite. ¿Podemos, entonces, hablar en general de un paquete de aditivos motor o de transmisiones? Pues no, no podemos hacer eso porque no sería exacto.

Si utilizamos como ejemplo los motores, el paquete se debe adaptar al tipo de propulsor y su diseño. Pongamos el caso de los propulsores de inyector bomba que ha utilizado Volkswagen durante mucho tiempo. Resulta que estos necesitan una aditivación adecuada tanto para su función esencial de proteger el motor como para poder trabajar en el interior de la bomba de inyección: allí las presiones de trabajo son elevadas y se necesita una viscosidad específica para que el sistema de inyección, que es de tipo hidráulico, funcione correctamente y el consumo de carburante sea adecuado.

Por estas razones, cada aceite de motor cuenta con una aditivación que se ajusta a las necesidades de un determinado grupo de motores, según las diferentes normas de los fabricantes. Es por ello que la formulación o composición del producto no es la misma para un aceite que cumple la norma de Mercedes Benz 229.5 que la de otro lubricante que cumpla la norma 229.71. Existen diferencias importantes entre ambas normas que afectan a una serie de motores, por eso se exige una formulación distinta en los productos, que supone una composición muy diferente en cuanto a los aditivos y la cantidad que se emplea en cada uno de ellos.

Contar con lubricantes de calidad adaptados al tipo de motor de cada vehículo es fundamental para prolongar su vida útil y evitar averías costosas. En esto tienen mucho que decir las bases empleadas, pero también los aditivos, cuyo papel es mucho más importante de lo que se suele pensar.

En próximos artículos te contaremos cuáles son las principales familias de aditivos que se emplean en los aceites de motor para que puedas familiarizarte con ellas.

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1 comentario en “Aditivos del aceite, una protección extra imprescindible”

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