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Aditivos detergentes y dispersantes para cuidar el motor

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Los aditivos detergentes son los ingredientes del aceite que se encargan de la suciedad.

Son los componentes que otorgan poderes extra a los aceites de motor. Los aditivos del aceite son indispensables para que los lubricantes cumplan su función correctamente. Especialmente ahora, cuando los motores son cada vez más exigentes con el lubricante que emplea. En esta ocasión, te hablaremos sobre los detergentes y dispersantes, que se encargan de mantener la suciedad a raya.

Para qué sirven los aditivos detergentes y dispersantes

Ya te hemos contado anteriormente que los aceites de motor están formados por un aceite base, que puede ser mineral o sintético, al que se añade una serie de aditivos. Estos son los que le proporcionan las propiedades específicas para responder ante el tipo de servicio al que se destina.

En el caso de los aditivos detergentes, se encargan de reducir los depósitos que se forman en las partes calientes del motor. Por su parte, los aditivos dispersantes impiden la acumulación de depósitos en la parte baja del motor.

Eso significa que ambos tipos de aditivos se unen a la suciedad para que se mantenga dentro del propio aceite y que esos residuos no se depositen sobre las superficies metálicas. Finalmente, por su movimiento dentro del circuito, el lubricante los lleva al filtro, que los retiene.

Y eso es importante, dado que si no se produjera esa limpieza se depositarían sobre las superficies metálicas, lo que llevaría a que la holgura entre las piezas fuera más pequeña, o llegase a obturarse. Y, como sabemos todos, las holguras actuales son muy pequeñas, por lo que los motores son muy “sensibles” en su funcionamiento a estos depósitos.

Por ello merece la pena echar un vistazo más de cerca para saber cómo funciona cada uno de estos aditivos.

Así son los aditivos detergentes

La combustión provoca que las piezas calientes del motor entren en contacto con residuos carbonosos y compuestos oxidados que pueden formar depósitos o gomas sobre las superficies metálicas. Los aditivos detergentes trabajan precisamente en la zona más caliente del motor —anillos, cilindros, pistones y válvulas— para mantener las superficies libres de depósitos, especialmente los segmentos.

¿Cómo funcionan estos aditivos? Realmente, se trata de agentes limpiadores que combaten los efectos de las altas temperaturas, que son las que provocan la oxidación y la contaminación del lubricante.

¿Y cómo actúan? Básicamente, reaccionan químicamente con sustancias que forman lodos, gomas, lacas y depósitos de carbono. En concreto, los neutralizan y los mantienen solubles para que no se depositen sobre los componentes. Algo que sabrás que hay que evitar a toda costa si sigues este blog habitualmente.

En este caso, los aditivos detergentes se encargan de reducir la tensión interfacial que se da entre el aceite y el contaminante para alejarlo de la superficie de metal, al tiempo que neutralizan los ácidos gracias a sus propiedades básicas.

Normalmente, los aditivos que aportan detergencia al lubricante son compuestos metálicos, es decir, sales con metales como calcio, bario o magnesio. Eso sí, debido a su composición metálica, un aditivo detergente deja unas insignificantes cenizas cuando se quema el aceite.

Esto significa que debemos tener en cuenta que este aditivo se va gastando a medida que cumple su función. Es decir: la capacidad detergente del lubricante se pierde durante su vida útil, según aparecen sustancias ácidas y contaminantes que deben ser neutralizadas.

Aditivos dispersantes, el complemento perfecto

Los aditivos detergentes no trabajan solos: cuentan con unos ayudantes en su labor de mantener la suciedad lejos de los componentes y las partes del motor. Se trata de los aditivos dispersantes, diseñados para mantener los elementos potencialmente dañinos dispersos y en suspensión dentro del lubricante.

Concretamente, estos aditivos estabilizan los residuos contaminantes durante la vida útil del lubricante. Es el caso de las partículas de hollín de los motores diésel o los lodos de la gasolina. También ralentizan los efectos negativos del incremento de viscosidad, el desgaste o el bloqueo de los filtros.

Para conseguir todo esto, los aditivos dispersantes son sustancias polares que envuelven las partículas de depósitos e impiden que se puedan unir entre ellas para crear aglomerados. De esta manera, los mantienen en un estado coloidal en suspensión dentro del propio lubricante.

Estos aditivos suelen ser compuestos aromáticos con nitrógeno —succinimidas— no metálicos. En este caso, no dejan cenizas cuando se quema el aceite. Esta es la razón por la que probablemente hayas oído hablar del término “dispersante sin ceniza”. Los aditivos detergentes y dispersantes del aceite cumplen una función fundamental para mantener correctamente el motor. Con el paso del tiempo, sus capacidades pueden perderse, por eso es tan importante sustituir el lubricante en el momento justo y no dejar pasar los kilómetros o los meses. Por supuesto, también lo es utilizar productos de calidad contrastada, que aseguran unos estándares de protección elevados.

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