Cómo cuidar el GPF de tu coche de gasolina

Este componente que se encarga de las partículas contaminantes se merece tu atención.

¿Recuerdas cuando te hablamos del GPF? Es ese filtro que incorporan algunos motores modernos de gasolina para cumplir con las normas relativas a emisiones contaminantes.

Ya hace algún tiempo que se vienen equipando estos componentes. De hecho, algunos modelos de gasolina de 2014 ya los incorporaban. Concretamente, en ellos nos podíamos encontrar el TWC (catalizador de tres vías) y el GPF (filtro de partículas de gasolina).

Muchos estudios confirman desde hace años que las emisiones de partículas son más elevadas durante un arranque en frío, ya que la volatilidad del combustible es baja en esas condiciones porque la temperatura de las paredes de la cámara de combustión es baja. Al estar frías estas superficies, el tiempo para que la gasolina se evapore y se mezcle con el aire es elevado. Por eso, la mezcla no es homogénea y la cantidad de partículas en la combustión aumenta.

Ya te hemos contado cómo mezclas menos homogéneas de combustible y aire significan una mayor emisión de partículas. Esto es más común en el caso de los coches de gasolina con sistema de inyección directa. Por eso, los límites de emisiones recogidos en la norma Euro 6 han llevado a los fabricantes a decidir que, para cumplirlos, se debe incluir un filtro de partículas. Al menos, así era en los modelos de alta gama de hace años y en los que se están lanzando actualmente al mercado.

¿Necesita este filtro regenerarse, como el de los coches diésel?

Aunque el GPF, en principio, se cargará con menos partículas en el mismo kilometraje que uno diésel (DFP), también necesitará regenerarse cada cierto tiempo. Esta operación se puede lograr por dos métodos: uno de ellos es el pasivo, del cual se encargará la propia temperatura de los gases de escape. Este será el caso de los filtros instalados cerca de la salida de estos gases. El otro es el activo, que se logra mediante sistemas como la aditivación del combustible, que permitirá situar el filtro un poco más alejado de la salida de los gases de escape.

Los vehículos equipados con GPF necesitarán, al igual que en el caso de los coches diésel actuales, un mantenimiento periódico o control del funcionamiento de los filtros. Para cuidar bien de este componente, puedes seguir los siguientes consejos:

– Sal a la carretera cada 200 o 300 kilómetros: el filtro de partículas se regenera alcanzando una velocidad mayor de 60 kilómetros y manteniéndola unos 20 minutos como mínimo.

– Utiliza aceites adecuados: los lubricantes denominados Low SAPs son bajos en cenizas sulfatadas, fósforo y azufre. Estos productos permiten que el GPF de tu coche dure mucho tiempo. Si no los eliges, la vida útil de este elemento se puede acortar rápidamente. Sustituirlo no es precisamente una operación económica.

– Asegúrate: si la calidad del lubricante que utilices en tu coche no es la adecuada, puedes perder la garantía. Así que es mejor que te cerciores de que utilizas aceites de motor de calidad contrastada y adecuados a tu automóvil.

El GPF ya es una realidad en algunos modelos. Volkswagen lo equipa en los motores TSI de 1.4 litros y TFSI 2.0: Por su parte, el grupo PSA anuncia el lanzamiento de motores equipados con el GPF a lo largo de 2018. El Mercedes-Benz S 500 ya lo equipa. Si piensas cambiar de coche y los motores de gasolinas son los que más te convencen, seguramente te encontrarás con que su sistema de escape irá equipado con un GPF.