El límite de 95 g/km de CO2 influirá en la creciente electrificación del parque.
Como eres un lector fiel de este blog, estarás al tanto de las crecientes restricciones a las emisiones contaminantes de los coches. Y si acabas de llegar, no te preocupes, que te ponemos al día: la normativa ha ido reduciendo a lo largo de los años la capacidad contaminante de los vehículos con límites cada vez más estrictos. El último de ellos, 95 g de CO2 por kilómetro, supone el mayor desafío que jamás ha afrontado la industria del automóvil
Efectivamente, la llegada de 2020 ha supuesto un importante cambio en la normativa, que obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones media de CO2 de los vehículos nuevos por debajo de los 95 g/km. Se trata de un reto que obligará a construir vehículos más sofisticados, eficientes… y probablemente más caros.
¿En qué consiste la normativa de los 95 g/km de CO2?
Todo esto tiene su origen en el Acuerdo de París de 2015, que firmaron países de todo el mundo con el objetivo de combatir el calentamiento global. Una de las maneras de cumplir con los compromisos adoptados en ese acuerdo consiste en reducir de manera progresiva las emisiones de CO2 de los automóviles a la venta en Europa.
Como resultado, la Comisión Europea ha elaborado una normativa más estricta en este ámbito, que obliga a los fabricantes a reducir las emisiones medias de CO2 de los modelos que comercializan por debajo de cierto umbral. La nueva normativa pretende que la media de emisiones de los modelos que vende cada fabricante -el conjunto de las marcas del fabricante, no cada una de ellas- a partir de este mismo año se sitúe por debajo de los 95 g/km de CO2.
Esa media se calculará a partir de las unidades vendidas por cada fabricante y la cifra de emisiones homologada por cada una de esas unidades. Si no la cumplen, deberán pagar cuantiosas multas en función del número total de unidades vendidas y del número de gramos en los que se supere el límite. Esas sanciones son, además, progresivas. Esto quiere decir que dependerán de la cantidad de gramos que superen el límite de 95 g/km de CO2.
¿Qué supone este límite para la automoción?
Lo que ocurre con este nuevo límite de 95 g/km de CO2 es que se trata de una media de emisiones muy baja para la realidad de la industria. Para alcanzarla, el consumo medio debería situarse en unos 4,2 l/100 km en el caso de un coche de gasolina, o de 3,5 l/100 km si el vehículo es diésel. Y esas son marcas que están al alcance de muy pocos modelos.
En España, las emisiones medias de CO2 se situaron en 2019 en 118 g/km, según datos de la consultora MSI para la patronal de los concesionarios Faconauto. Se trata de una cifra que dista bastante de la que establece la nueva normativa europea para 2020. Incluso es ligeramente superior a la del ejercicio anterior, debido a la popularidad de los modelos SUV y todoterrenos, que son más grandes y contaminantes.
La reducción de matriculaciones de automóviles diésel, que en 2019 sufrieron una caída del 22,9%, también tiene que ver con ese incremento. Esto se debe a que, después del polémico dieselgate de 2015, las ventas de coches propulsados a gasóleo se desplomaron a favor de las versiones de gasolina. Sin embargo, los modelos diésel de última generación, que suponen el 29% del mercado, consumen menos y emiten menos CO2 que los de gasolina, que acaparan el 61% de las matriculaciones.
Los datos del RACE lo corroboran: los coches diésel nuevos gastan el 25% menos de combustible y emiten el 15% menos de CO2 que sus equivalentes de gasolina. Aunque las versiones de gasóleo más antiguas contaban con un elevado nivel de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), perjudiciales para la salud, lo cierto es que en los modelos nuevos se han reducido considerablemente, gracias a tecnologías de última generación.
¿Qué pueden hacer los fabricantes para reducir el CO2 de sus modelos?
Para lograr reducir las emisiones de CO2 de sus modelos y evitar sanciones, los fabricantes tienen distintos instrumentos a su alcance. Una de ellas es la electrificación de sus modelos.
Por esa razón, veremos cómo las marcas optarán cada vez más por sistemas de propulsión híbridos, híbridos enchufables y eléctricos. En la práctica, son las únicas capaces de homologar emisiones bajas, muy bajas o nulas, para compensar en la medida de lo posible la media del resto de los modelos con motores de combustión convencionales.
Lo que ocurre actualmente es que los coches con menos emisiones –híbridos, eléctricos y con combustibles alternativos- todavía no tienen una gran representación en el mercado español. Esto significa que todavía no influyen de manera decisiva en la consecución del objetivo marcado por la Unión Europea. En 2019, los eléctricos representaron el 0,8% de las matriculaciones en España; mientras que los híbridos supusieron el 7% y los alimentados con combustibles alternativos (GLP y GNC), el 2%.
De cualquier manera, parece evidente que los modelos híbridos, híbridos enchufables y eléctricos estarán cada vez más presentes en el parque de vehículos. También que aquellas gamas y modelos de mayores prestaciones irán desapareciendo.
Para mantener las emisiones contaminantes a raya y luchar contra el cambio climático, también resulta esencial realizar un correcto mantenimiento de los vehículos. Para ello, es especialmente importante elegir lubricantes adecuados a cada modelo y de calidad contrastada, que contribuirá a reducir tanto la contaminación como el consumo de combustible.
2 comentarios en “Normativa de emisiones de CO2 para coches: lo que debes saber”
Buenas noches
Lo que no entiendo es cómo se estan vendiendo vehículos con un CO2 de 141g/km y según lo permitido es 95g/km. Que pasa si se adquiere un coche nuevo con este defecto ¿No hay sanciones?
Muchas gracias
Saludos
Buenas, el límite se aplica a todos los vehículos que vende la marca, el valor medio de emisiones debe estar por debajo de los 95g/km. Por lo que se siguen vendiendo vehículos que la sobrepasan; pero al hacer la media hay que incluir también a los coches eléctricos e híbridos vendidos, lo que baja el valor final y la marca cumple lo indicado por la UE.