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Sistema de frenos: claves para su correcto mantenimiento (2)

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Estos son los principales elementos de los frenos que debes comprobar de manera periódica. 

Asegurarte de que el sistema de frenos de tu coche funciona correctamente es una acción de seguridad básica. Ya te lo explicábamos en otro artículo: un mantenimiento adecuado de los frenos será el que te permita circular de manera normal, tranquila y segura.  

Ahora bien, ¿cuáles son los elementos del sistema de frenos que se deben comprobar? En este artículo vamos a responder a esta pregunta, además de ofrecerte algunos consejos de mantenimiento que encontrarás muy útiles. 

Principales elementos del sistema de frenos 

Dentro de las distintas piezas y componentes que constituyen el sistema de frenos de un vehículo, existen tres elementos clave que deberás vigilar con especial atención. Seguro que te suenan: son las pastillas de freno, los discos de freno y el líquido de frenos. 

Pastillas de freno 

Las pastillas de freno son fundamentales para que el sistema de frenado funcione correctamente. Lo que ocurre es que, con el paso del tiempo y los kilómetros, se van desgastando por el rozamiento con los discos.  

Esta es la razón por la que hay que sustituir las pastillas de freno cuando estén muy desgastadas. ¿Cómo saber cuándo ha llegado el momento? La mayoría de los vehículos actuales cuentan con un testigo en el cuadro de instrumentos que avisa de cuándo se deben cambiar. En cualquier caso, conviene revisarlas una o dos veces al año para verificar su nivel de desgaste. En muchos automóviles, es tan fácil como acercarse lo suficiente a cada una de las ruedas del vehículo y echar un vistazo. 

¿Y cuándo debemos cambiar las pastillas de freno? Lo cierto es que resulta muy difícil establecer una duración o kilometraje para su sustitución. Esto ocurre porque son muchos los factores que influyen en su desgaste. Eso sí, lo habitual es que duren entre 30.000 y 45.000 km. 

Lo que puede que no sepas es que a las pastillas de freno, al igual que ocurre con los discos, les viene de perlas un breve periodo de rodaje, de unos 300 km. Durante ese periodo, se recomienda realizar frenadas suaves para permitir una alineación correcta entre pastillas y discos. Si se realiza un mal rodaje, los componentes se podrían desgastar de manera irregular y poner en peligro las prestaciones del sistema de frenos. Que es justo lo que queremos evitar. 

No olvides que retrasar la sustitución de las pastillas de freno puede causar daños a los discos de freno, que pueden acabar rayados. De hecho, no cambiarlas a tiempo puede llegar a comprometer la capacidad de frenado del vehículo. 

Discos de freno 

Aunque duran más que las pastillas de freno, los discos de freno también se desgastan a causa de la fricción. Por eso hay que cambiarlos cuando alcanzan un grosor mínimo que establece el propio fabricante. No hacerlo supone poner en riesgo la capacidad de frenado del vehículo. 

Por lo general, los discos de freno duran tres o más cambios de pastillas de freno. Por eso, los discos se suelen sustituir entre los 100.000 y los 120.000 kilómetros, en función de los factores que comentábamos antes y de las condiciones de utilización. 

Una curiosidad: seguro que has oído hablar de los frenos de tambor. Son habituales en vehículos más antiguos, que normalmente los llevan en el tren trasero. A diferencia de los frenos de disco, los de tambor requieren ser desmontados para observar su estado. En el caso de los frenos de tambor, si tiras de la palanca de freno de mano y notas un recorrido mayor al habitual, es posible que estén desgastados. 

Líquido de frenos 

Es el tercer pilar del sistema de frenos, junto a pastillas y discos. Ya te hemos hablado de él en otros artículos de este blog: es el elemento que se encarga de transmitir hasta las pastillas la presión que generas con el pie al pisar el pedal de freno. 

¿Qué ocurre con el líquido de frenos? Que con el paso del tiempo y, sobre todo, por las altas temperaturas a las que se ve sometido, va perdiendo sus propiedades. Esta es la razón por la que este fluido tiene que sustituirse periódicamente, según las recomendaciones que señala el fabricante del vehículo. 

En cualquier caso, es muy recomendable comprobar el nivel de líquido de frenos del vehículo una o dos veces al año. Esto se debe a que un nivel muy bajo de este fluido puede señalar un desgaste importante o anómalo de las pastillas de freno. También puede ser síntoma de una pequeña fuga en el sistema de frenado que podría comprometer la seguridad del automóvil. 

En definitiva, mantener correctamente todos estos componentes y sistemas del vehículo es más que esencial para que puedas conducir de forma segura y sin sobresaltos. También lo es utilizar productos de calidad contrastada y adecuados para tu vehículo, que te ofrecerán el mejor rendimiento posible. 

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