Los fluidos para trabajar el metal modernos son capaces de mantener a raya hongos y bacterias sin poner en peligro el entorno.
Si trabajas el metal, seguro que conoces los fluidos solubles, más conocidos como taladrinas. Se trata de productos que se emplean como lubricantes y refrigerantes en distintas operaciones. Estos fluidos facilitan la labor cada día a cientos de profesionales del sector. Lo que ocurre es que también les gustan a los microorganismos, que proliferarán si no se toman medidas para evitarlo.
Esto ocurre porque las taladrinas se disuelven en agua. Por eso, utilizar taladrinas supone añadir agua a las operaciones de trabajo de metales. Esto crea un entorno más favorable para una amplia variedad de microorganismos. Aunque hablamos de bichitos microscópicos, son capaces de causar riesgos operativos, pérdidas económicas e incluso daños al medioambiente.
Microorganismos en las taladrinas
En el deterioro de un fluido de trabajo del metal o metal working (MW) como las taladrinas intervienen tres grupos distintos de microorganismos. Por un lado, las bacterias que necesitan aire o aeróbicas; por otro, las que crecen en ausencia de aire o anaeróbicas; y, por último, los hongos.
“¿Y por qué crecen las bacterias y los hongos en las taladrinas?”, te preguntarás. Pues porque estos productos ayudan a proporcionar a estos bichitos todo lo que necesitan para sentirse a gusto: condiciones óptimas de humedad, temperatura y, por si fuera poco, también fuentes de alimentación. Esto significa que están cómodos, calentitos y alimentados.
Los fluidos de MW pueden estar diluidos con agua, que es lo que proporciona el entorno húmedo que les encanta a los hongos y las bacterias. Además, las temperaturas se encuentran en un rango de entre 10ºC y 40ºC, ideal para muchos organismos. Tampoco les falta entretenimiento: estos microorganismos pueden degradar los compuestos orgánicos del lubricante, lo que supone una situación ideal para su generación.
Además, hay muchas fuentes de contaminación que pueden favorecer el desarrollo de microorganismos, procedentes del agua utilizada, de la suciedad del aire, metales o suelos, incluso de los propios trabajadores —piel, ropa restos de comida— o del uso de fluidos y equipos previamente degradados o sucios. Piénsalo: ¿qué bacteria en su sano juicio querría irse de un lugar así?
Consecuencias de la presencia de microorganismos en las taladrinas
Hay muchas razones por las que querrías evitar la presencia de microorganismos en las taladrinas y otros fluidos de MW.
Por citar solo algunas de las consecuencias de esa presencia de microorganismos en las taladrinas, hablaríamos de malos olores, decoloraciones en el metal, descenso del pH con posible corrosión de las piezas metálicas, inestabilidad de la emulsión con pérdida de lubricación, obstrucciones en tuberías y filtros, reducción de la vida útil del fluido, o costes de limpieza, mantenimiento y eliminación de residuos.
Para evitar estos problemas, se puede recurrir a distintos tipos de soluciones, como el uso de biocidas, de otros productos químicos alternativos o incluso métodos como rayos ultravioletas o ultrasonidos.
Biocidas para acabar con los microorganismos
En esta ocasión, hablaremos sobre la solución que se emplea más habitualmente, es decir, los biocidas. Son productos que se utilizan para garantizar la bioestabilidad de los fluidos de MW, ya que erradican las bacterias y los hongos. Concretamente, son productos que luchan contra un microorganismo específico mediante una acción química o biológica
“Bueno, pues ya estaría”, pensarás al leer esto. Pues no, no estaría. El problema con los biocidas es que estas sustancias no solo pueden perjudicar a los microorganismos, sino también a la salud de las personas y el medioambiente.
Por eso es necesario proponer soluciones con un riesgo mínimo, que es lo que hace TotalEnergies al elegir biocidas para sus fluidos. Estos biocidas, por un lado, tienen una eficacia óptima y, por otro, son lo más respetuosos posible con el ser humano y entorno.
Biocidas y regulación
Los biocidas cuentan con regulación específica. El Reglamento sobre Biocidas —BRP, Regulation (EU) 528/2012— se refiere en concreto a la comercialización y el uso de biocidas en Europa, que se utilizan para proteger a las personas, animales o materiales contra organismos nocivos como plagas o bacterias, por la acción de sustancias activas contenidas en los propios biocidas.
El organismo que evalúa todos los biocidas es la Agencia Europea de los Productos Químicos —ECHA por sus siglas en inglés—. Concretamente, los biocidas empleados en los fluidos de MW como las taladrinas pertenecen al tipo de producto 13 (PT13): BIT, BBIT, MIT, OIT…
La reglamentación en esta materia es cada vez más estricta, por eso algunos biocidas se empiezan a marcar como peligrosos y se pueden incluir como tales en el propio etiquetado del fluido de MW al que se añaden.
TotalEnergies desarrolla gamas de Fluidos de MW no etiquetadas como peligrosas, que suponen una solución más segura y cuidan de la salud de los operarios. Este es el caso de gamas como FOLIA o SPIRIT X.
Actualmente se buscan alternativas con biocidas no perjudiciales, utilizando productos PT13 eficaces —FOLIA— y también moléculas con un pH estable que mantengan las propiedades del fluido —SPIRIT X, FOLIA V—. Asimismo, se trabaja en el desarrollo de tecnologías que, en el futuro, permitan evitar el uso de biocidas para garantizar la bioestabilidad de estos productos.
Utilizar productos de calidad contrastada para trabajar el metal es importante, ya que hacerlo puede evitar muchos riesgos innecesarios. Entre ellos, que una pandilla de microorganismos se haga fuerte en tu lugar de trabajo.