Por el medioambiente. Por nuestra salud. Porque queremos que la Tierra sea habitable algunos millones de años más.
La norma Euro 6 es obligatoria desde septiembre de 2015, así que es muy posible que hayas oído hablar de ella. Se trata de una normativa que limita las emisiones contaminantes de los vehículos y que da continuación a otras cinco anteriores. La historia de Euro 6 es larga, así que comenzaremos a contarla por el principio.
Un poco de historia
La Unión Europea se preocupa por la contaminación en las grandes ciudades y cómo afectan las emisiones contaminantes que se producen al quemarse el combustible a la salud de las personas.
Los gases que se producen al quemar gasolina o gasóleo en la cámara de combustión están formados sobre todo por agua y CO2. El aumento de las emisiones de este último compuesto está detrás del calentamiento de la atmósfera que provoca el cambio climático. Además, en dichos gases de escape hay otros productos que salen en pequeñas cantidades, como los óxidos nitrosos, el monóxido de carbono, los hidrocarburos inquemados y las partículas carbonosas (PM). Todos ellos son peligrosos para la salud.
Para luchar contra este problema se ha optado por dos caminos: disminuir el consumo de carburante y eliminar los contaminantes de los gases de escape.
Menos consumo de carburante
El consumo de combustible de un vehículo se relaciona directamente con sus emisiones contaminantes. Por eso, los constructores desarrollan nuevos diseños de motores. De este modo mejoran la combustión y reducen el consumo, algo que consiguen mediante el uso de nuevos sistemas de inyección, rediseños de la cámara de combustión, mayores presiones de trabajo o motores más compactos y con menor peso.
Además, estas evoluciones han permitido el uso de lubricantes ahorradores de combustible (0W30 y 5W30), que reducen el consumo más del 2,5% en comparación con los SAE 15W40.
Borrando los contaminantes de los gases de escape
La otra estrategia mencionada consiste en eliminar los contaminantes que salen en los gases de escape. Para ello, estos compuestos se han regulado desde los años 80, de tal manera que se ha exigido a los fabricantes de vehículos su reducción en el propio sistema de escape mediante el empleo de distintos sistemas, como los catalizadores de tres vías, que tratan el monóxido de carbono y los hidrocarburos no quemados, así como los óxidos de nitrógeno, o los filtros de partículas.
Estos desarrollos se realizaron en su día para cumplir con las normativas sobre emisión de dióxido de carbono y de emisiones contaminantes de la Unión Europea. Estas últimas son las conocidas como normas Euro.
De Euro 0 a Euro 6
Fue en 1988, concretamente, cuando la Unión Europea estableció la primera norma sobre las emisiones contaminantes de los vehículos, que denominó Euro 0. Desde ese momento los vehículos que se vendían en Europa debían cumplir dicha norma. Los límites eran distintos según el tipo de motor y de vehículo, ya fuera ligero o pesado.
Euro 0 limitaba las emisiones de cuatro contaminantes potencialmente peligrosos para la salud: óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, la parte de los combustibles que no se quema completamente en la combustión y las partículas que dan el color negro al gas del escape.
Esta norma ha evolucionado con el tiempo y se ha vuelto cada vez más severa. Por eso hemos pasado por las normas Euro 1, 2, 3, 4, 5, hasta llegar a la actual, Euro 6, que se aplica desde el año 2014 y es obligatoria desde el pasado mes de septiembre.
Todas estas normas exigen, como hemos mencionado anteriormente, que los vehículos empleen sistemas que tratan los gases en el escape. De ahí han surgido los catalizadores, que tratan sobre todo monóxidos de carbono y los hidrocarburos no quemados; los filtros antipartículas, que eliminan las partículas y sólidos que dan color al humo del escape; y sistemas SCR, que eliminan los óxidos de nitrógeno.
EVOLUCION DE LA NORMA EURO
Como podrás observar, las reducciones de emisiones contaminantes en PPM que se han producido a lo largo de las normas euro son importantes, sobre todo en el caso de los vehículos diésel, que las han disminuido más del 97%. De hecho, según ACEA cien vehículos actuales contaminan menos que un vehículo de los años 70.
Existen lubricantes de calidad que te ayudarán a ahorrar combustible y, por tanto, a reducir la contaminación de tu vehículo. Por eso debes emplear siempre aceites de motor adecuados al motor de tu vehículo que garanticen unas condiciones óptimas de trabajo.
En próximos artículos te hablaremos de manera más concreta sobre la norma Euro 6 y sus peculiaridades respecto a las versiones anteriores.