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Claves de mantenimiento de un vehículo eléctrico (1)

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El mantenimiento de estos automóviles tienen algunas peculiaridades que los diferencian de los de combustión.

Sí, es verdad que los coches eléctricos todavía no tienen mucho peso en el parque móvil español. Y sí, es muy posible que todavía no tengas uno en tu garaje. Sin embargo, sus ventas han crecido enormemente en los últimos años y cada vez hay más modelos en el mercado. Además, son una de las claves para la descarbonización de la economía. Así que no está de más que te vayas familiarizando con el mantenimiento de un vehículo eléctrico.

A eso vamos a dedicar este nuevo post de nuestro blog. Te vamos a contar todo lo que debes saber sobre el mantenimiento de un vehículo eléctrico y las principales diferencias que existen con el de un vehículo convencional con motor térmico.

¿Cómo es el motor de un vehículo eléctrico?

La primera característica que destaca en un vehículo eléctrico es su sencillez, una característica que se traslada a su mantenimiento. De hecho, estos automóviles cuentan con motores mucho menos complicados que los de combustión.

La construcción de un motor de combustión es muy compleja. Hablamos de cientos de piezas que se mueven a la vez. Además, muchas de ellas se ven expuestas a altas temperaturas y niveles de fricción elevados. Por eso, con el paso del tiempo y de los kilómetros, requieren mantenimientos periódicos.

Lo que ocurre con el motor eléctrico es que es mucho más sencillo y fiable que cualquiera

de combustión interna. Esta tecnología, que ya vio la luz a mediados del siglo XIX, es mucho más simple y tiene alrededor del 60% menos de componentes que un motor de combustión convencional. Además, no tiene elementos como la correa de distribución o las bujías, que se suelen sustituir periódicamente. Tampoco hay que cambiarle el filtro de aceite, el de aire o el de combustible.

Otra muestra de la falta de complejidad en estos vehículos es que estos vehículos prescinden, en su mayoría, de la caja de cambios. Utilizan en su lugar un simple reductor que está formado por un sistema de engranajes sencillo, que se encarga de transmitir la potencia a las ruedas. Son transmisiones con una relación fija y que incluso carecen de marcha atrás, ya que basta con invertir la polaridad del motor eléctrico para circular hacia atrás.

Eso sí: ahí es donde se acaban las diferencias con los vehículos convencionales. El tren de rodaje, la suspensión y el habitáculo del vehículo eléctrico son idénticos a los de un vehículo de combustión interna. Es más: suelen estar sometidos a mayor severidad y desgaste en ciertos puntos.

¿Cómo es el mantenimiento de un vehículo eléctrico?

El mantenimiento específico para un automóvil eléctrico lo establece el propio fabricante, igual que ocurre con los vehículos convencionales. Es muy importante seguir estrictamente las pautas de mantenimiento que establece en el manual del vehículo.

En este sentido, tal vez el punto más importante a la hora de realizar el mantenimiento de un vehículo eléctrico es comprobar de manera exhaustiva el correcto aislamiento de todas las conexiones de los distintos componentes eléctricos del vehículo. Y antes de empezar a realizar estas comprobaciones, es necesario que la persona que lo realice se asegure de que el vehículo está libre de tensión.

Esto es tan importante que en los talleres hay personal técnico especializado para encargarse de este tipo de labores. Se trata de personal con cualificación y certificación adecuadas que, además, utiliza equipos de protección individual (EPI) y equipamiento específicos.

¿Y qué pasa con el aceite en los vehículos eléctricos?

En cuanto a los lubricantes para vehículos eléctricos, estos automóviles no suelen necesitar aceite de motor. Sin embargo, su sistema de transmisión o reductor van bañados en un lubricante específico para transmisiones.

Aunque no haya que cambiarles el aceite de motor, sí hay otros elementos que se deben sustituir de manera periódica. Por ejemplo, el líquido de frenos o las pastillas y los discos de freno. Eso sí, su sustitución es mucho menos frecuente que en un vehículo convencional porque los eléctricos utilizan un sistema de frenada regenerativa.

¿Cómo funciona este sistema? Muy sencillo: el sistema de frenada regenerativa funciona al levantar el pie del acelerador o al pisar el pedal de freno. Aprovechando la inercia del vehículo, este sistema hace que el motor eléctrico gire funcionando como un alternador. Así es como se genera energía que recarga las baterías a la vez que frena el vehículo, gracias a la resistencia que ofrece el motor eléctrico.

Otros elementos que hay que cambiar en un vehículo eléctrico

Por otro lado, el motor eléctrico y la batería están, en la mayoría de los casos, refrigerados por líquido. Estos fluidos para vehículos eléctricos, de composición similar al anticongelante de un vehículo convencional, deben también cambiarse de forma periódica. Aunque esto está cambiando, actualmente se están desarrollando nuevos tipos de productos, dado que el anticongelante entra en contacto con las baterías y, por tanto, debe resistir las altas temperaturas que se dan en la zona.

También hay unos filtros que hay que cambiar periódicamente: son los que se encargan de que la alergia no te amargue los viajes y evita que la contaminación afecte a tu salud. Efectivamente: el filtro del habitáculo y el del sistema de climatización hay que cambiarlos cuando indica el fabricante. Todo eso, sin olvidar otros elementos de sobra conocidos como la batería de 12 voltios o las escobillas limpiaparabrisas, que también son susceptibles de revisión y sustitución.

Y si antes hablábamos de que los frenos de un coche eléctrico se suelen conservar mejor que los de un vehículo convencional, no sucede así con los neumáticos, los amortiguadores o el tren de rodaje. Por último, no debemos olvidar los complejos dispositivos electrónicos que gobiernan los sistemas de almacenamiento de energía y carga de un vehículo eléctrico. De hecho, en las revisiones de vehículo se debe comprobar también su correcto funcionamiento.

¿Y qué hay del mantenimiento de los híbridos enchufables?

Lo que ocurre con los vehículos híbridos es que requieren ambos tipos de mantenimiento. Es decir, el de un vehículo eléctrico y el de un vehículo de combustión interna.

Aunque el mantenimiento de su tren de rodaje es común a ambos, son vehículos que equipan complejos sistemas anticontaminación, filtros y fluidos, como cualquier vehículo moderno de combustión interna.

A este mantenimiento hay que sumar el específico de sus baterías, motores eléctricos y grupos de transmisión asociados. Es una de las desventajas de los vehículos híbridos: un mantenimiento más complejo, y en consecuencia, más caro.

En cualquier caso, es fundamental seguir siempre las pautas de mantenimiento señaladas por el fabricante. También emplear los fluidos adecuados para vida útil larga y sin problemas del vehículo eléctrico. En un post próximo te hablaremos más específicamente de los principales elementos que requieren mantenimiento en un vehículo eléctrico y sus plazos.

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