El frío en invierno afecta a los vehículos, por eso debes estar preparado para su llegada.
No podemos insistir más. Mantener tu coche en perfecto estado es muy importante y lo es todo el año. Realizar las revisiones correspondientes es esencial para extender al máximo su vida útil y también para garantizar tu seguridad y también la del resto de usuarios de la vía. Ahora que se acerca el invierno, este consejo tiene más vigencia que nunca.
Las condiciones meteorológicas del invierno exigen que tu coche responda perfectamente y que lo haga en cualquier situación. El caso es que estos factores, como es el caso del frío, afectan de manera negativa a los vehículos. Por eso es tan importante realizar un buen mantenimiento de invierno que no deje pasar ciertos elementos clave.
Revisa la batería (y cámbiala si es necesario)
¿Sabías que la vida útil de la batería puede verse afectada por los cambios bruscos de temperatura? Esto ocurre, sobre todo, con el frío. Una circunstancia que se agrava en los vehículos actuales, con una demanda eléctrica constante debido al gran número de componentes eléctricos que equipan.
Esto hace que sea muy importante revisar el estado de carga de la batería. Y mucho ojo con estos síntomas: si al coche le cuesta arrancar, los limpiaparabrisas se mueven más despacio de lo normal o los retrovisores eléctricos se pliegan y despliegan con cierta dificultad, es posible que haya llegado la hora de cambiar la batería.
Comprueba los niveles de líquidos
Ya sabes que tu coche utiliza ciertos fluidos para funcionar correctamente. En el caso del líquido refrigerante y el aceite, sus niveles deben ser correctos para facilitar el arranque del motor.
Si tu coche se queda sin líquido refrigerante, puede sufrir averías graves. Por eso es esencial revisar su nivel siempre antes de que llegue el frío. Este fluido se debe encontrar entre las marcas de máximo y mínimo del vaso de expansión. Si tienes que rellenar líquido refrigerante, espera siempre a que el motor esté frío.
En el caso del aceite, debes extraer la varilla, limpiarla con un trapo e introducirla de nuevo en su orificio. Al sacarla de nuevo, debes comprobar que el nivel de lubricante se encuentra entre las marcas de máximo y mínimo de dicha varilla. En caso de que necesites añadir producto, abre el tapón y rellena con un fluido de las mismas características que indique el libro de mantenimiento del coche.
A la hora de arrancar, ten en cuenta que el frío hace que el aceite se vuelva más viscoso. Por eso no debes forzar la mecánica hasta que hayan pasado unos minutos. Así darás tiempo a que el lubricante llegue a todos los rincones y evitarás desgastes innecesarios.
En cuanto al líquido lavaparabrisas, no es necesario medir ningún nivel. Simplemente debes echar líquido en el depósito hasta que llegue a su cuello, antes del tapón. Lo más recomendable es utilizar un producto basado en etilenglicol en vez de una simple mezcla de agua y detergente. Esto se debe a que el etilenglicol se evapora con facilidad al rociar el parabrisas y no te dificultará la visibilidad al conducir en ningún momento.
No olvides las escobillas limpiaparabrisas, incluida la trasera: si están viejas o simplemente compruebas que ya no limpian bien, debes cambiarlas por otras nuevas. Lo agradecerás mucho cuando conduzcas bajo la lluvia.
Ojo con los neumáticos
Siempre debes circular con neumáticos en buen estado, pero en invierno es vital comprobarlo. Son la única superficie de tu coche que está en contacto con el suelo. Por eso debes asegurarte de que ofrecerán una adherencia al asfalto adecuada en caso de lluvia o nieve. Así evitarás pérdidas de control por unas cubiertas deficientes
Entre los factores que debes comprobar se encuentra la presión del aire. Con bajas temperaturas, se suele reducir su nivel. Por eso es recomendable añadir hasta 0,2 bares extras en comparación con los meses de verano. Ten en cuenta que un neumático con la presión baja es totalmente ineficaz a la hora de evacuar agua de la calzada. Esto favorece la aparición del peligroso aquaplaning a velocidades mucho más bajas que si la presión fuera correcta.
También conviene verificar la profundidad del dibujo en la banda de rodadura. No debe ser inferior a los 3 mm, aunque la legislación marque que el mínimo exigible sea 1,6 mm. Conviene dejar cierto margen de seguridad en este sentido. También debes supervisar que la goma no presente cortes o deformaciones.
Tampoco está de más echar un vistazo a la fecha de fabricación de los neumáticos. Una rueda con más de cinco años comienza a perder adherencia, sobre todo en mojado y con bajas temperaturas. En el propio flanco del neumático hay unos números que indican la semana y el año de producción, además de las medidas y la marca del fabricante. Si ves que supera los cinco años, lo recomendable es que sustituyas las cubiertas.
Sistema de alumbrado: ver y ser visto
En invierno, cuando las horas de luz natural se reducen, es especialmente importante circular con las luces en buen estado. Comprueba que tanto el sistema de iluminación como el de señalización funcionan como deben. Es importante ver, pero también lo es ser visto por el resto de los usuarios de la vía.
Comprueba el sistema de frenado
Tanto el líquido de frenos como las pastillas o los discos deben estar en perfecto estado. Si notas frenadas irregulares o tactos extraños al presionar el pedal, debes acudir al taller para que realicen una revisión completa del sistema.
Recuerda que, a la hora de mantener correctamente tu vehículo, siempre debes optar por productos de calidad contrastada y adecuados a lo que requiere el fabricante. Esto es especialmente importante en el caso del aceite de motor, que debe ajustarse a los requerimientos de la marca para prolongar la vida útil de tu coche.
2 comentarios en “Mantenimiento del coche en invierno: ojo a estos componentes”
Muy buenos consejos, prácticos.
PERFECTO recopilatorio de consejos practicos para este invierno que tenemos a las puertas.