Los lubricantes optimizan la temperatura allí donde no llega el líquido refrigerante y en las piezas del motor.
Además de lubricar, hay muchas funciones que cumple un aceite de motor. Por ejemplo, la estanqueidad que proporciona un lubricante es esencial para que la energía del combustible se convierta en movimiento de manera efectiva. La detergencia, por su parte, es lo que hace que un aceite se lleve por delante el hollín, las carbonillas y otros productos de la combustión. Mantener el interior del motor a una temperatura óptima y cuidar así las piezas también es una de sus principales cualidades. Se llama refrigeración y es esencial.
¿Por qué es tan importante que un lubricante refrigere?
El hecho de que un aceite de motor lubrique las piezas y las refrigere es fundamental para su funcionamiento correcto. La función lubricante reduce el rozamiento entre las piezas en movimiento, un fenómeno que perjudica al motor. Además, que los componentes friccionen entre sí provoca que la energía del movimiento se convierta en calor. Si es excesivo, se pueden producir averías. Esto se debe a un fenómeno que se llama dilatación térmica.
Concretamente, la dilatación térmica consiste en el aumento de tamaño proporcional de un objeto respecto a su temperatura. Normalmente se trata de cambios pequeños, lo que ocurre es que, en un motor moderno donde las tolerancias son tan ajustadas, una pequeña dilatación puede provocar que las piezas entren en contacto y se desgasten. Como por la dilatación térmica, además, las moléculas se distancian más entre sí a altas temperaturas, la pieza puede debilitarse, ablandarse y acabar deformándose. Con el riesgo de averías que esto conlleva.
Por eso es necesario evitar en lo posible el rozamiento de las piezas y mantener a raya la temperatura dentro del motor. Es decir, por eso necesitamos las propiedades lubricantes y refrigerantes del aceite.
Normalmente, un motor tiene distintas zonas que operan a distintas temperaturas. Por ejemplo, la cámara de combustión podría alcanzar los 400ºC, mientras que el turbo podría llegar a los 900ºC en condiciones muy severas. Es demasiada temperatura y hay que evacuarla del propulsor para protegerlo de averías.
¡Un momento! ¿No se encargaba de esto el líquido refrigerante?
Es posible que, en este punto, estés un poco confuso. ¿Sacar calor del motor no era cosa del líquido refrigerante? Sí, lo es, pero necesita la ayuda del aceite de motor para que esa labor sea completa.
A la hora de refrigerar un motor, nos encontramos con dos frentes. El primero de ellos es el área exterior. Aquí es donde actúa principalmente el líquido refrigerante. El calor se transmite a este fluido, que pasa por todas las zonas externas del motor y llega finalmente al radiador. Allí es donde se libera ese calor y el refrigerante queda listo para volver a refrescar el motor. Esto supone la evacuación aproximada del 60% de la energía térmica residual que se produce dentro del motor.
¿Qué pasa con el otro 40%? Pues que esa batalla la libra el lubricante en la parte interior del motor. Concretamente, esta energía se encuentra dentro del propulsor, distribuida entre las piezas y partes metálicas como camisas, pistones, bielas, cojinetes o válvulas, entre otras. Como no podemos pasar el refrigerante entre ellas porque contaminaría el aceite, es el propio lubricante el que se encarga de absorber y evacuar ese calor.
Lubricantes de calidad
Un buen lubricante no solo debe ser capaz de separar las piezas en movimiento, limpiar el motor y sellar la cámara. También es importante que absorba y evacúe el calor que se produce dentro del motor para protegerlo de los fenómenos térmicos, todo ello sin perder propiedades.
Esto significa que debe cumplir sus funciones sin degradarse ni quemarse, que es lo que ocurre con los productos de mala calidad, que terminan convertidos en una pasta negra muy viscosa. Es decir: acaban totalmente quemados.
Por todo esto es tan importante utilizar aceites de motor de calidad y que el producto esté limpio. Así no solo garantizaremos una lubricación eficiente, sino también una máxima capacidad de absorción de calor para refrescar las piezas, evacuar el que se produce entre ellas y liberarlo finalmente cuando el lubricante se encuentra en el cárter.
1 comentario en “Refrigeración del aceite: así se refrescan las piezas del motor”
GENIAL como siempre