En los vehículos eléctricos cable, tipo de coche y cargador son claves en esta cuestión. Te lo contamos.
Hay que acostumbrarse a su presencia porque cada vez los veremos más por las calles. Los vehículos eléctricos ganan popularidad cada día que pasa y, además, son claves en la estrategia de descarbonización que persigue la Unión Europea. Así que conviene empezar a familiarizarse con ellos, empezando por los distintos tipos de carga para coches eléctricos que existen.
Efectivamente, la manera de recargar las baterías de un vehículo eléctrico es una de las dudas más habituales que tienen quienes se plantean su compra. ¿Cuánto tiempo necesita para recargarse? ¿Será compatible con el enchufe de mi lugar de trabajo? ¿Qué conectores existen en el mercado? Son algunas preguntas que suelen surgir en cuanto a tipos de carga para coches eléctricos.
Tres factores para una carga adecuada
Lo primero que debemos tener en cuenta es que hay tres factores que determinan la velocidad y el tiempo de recarga de un automóvil eléctrico: el cable, el propio vehículo y el cargador. Los tres deben estar en sintonía para acertar con el tipo de carga adecuado para nuestro coche eléctrico.
Además, no debemos olvidar que la potencia a la que cargaremos la batería de nuestro coche eléctrico será siempre la más pequeña que pueda soportar uno de estos tres pilares.
Corriente alterna y corriente continua
Al comenzar con el proceso de carga, el coche recibe la energía eléctrica de la red en corriente alterna (CA). Después, la almacena en la batería en corriente continua (CC).
Para realizar este cambio en el tipo de corriente, los vehículos eléctricos disponen en su interior de un aparato llamado inversor. Junto a la batería, esta es una de las piezas más costosas de esta tecnología. En función de la capacidad del inversor, la transformación de las corrientes se hará más o menos rápida. Esto es lo que determinará el tiempo de recarga.
Además, según la función del inversor, podemos hablar de cargadores de CA o de CC. Los primeros son más pequeños y, en ellos, el proceso de carga arranca con el equipo proporcionando energía al vehículo, que este transforma en CC utilizando su propio inversor. A continuación, la almacena en su batería. Existe variedad de equipos con distintos rangos de potencia, aunque esta no superará unos 44kW.
Por otro lado, los equipos de CC son mucho más grandes y tienen su propio inversor. Como su capacidad supera la de los inversores de los vehículos, la conversión es más rápida. En este caso, el vehículo recibe directamente la CC en la batería, por lo que no necesita realizar inversión de la corriente y, con ello, ahorra tiempo.
Tipos de carga para coches eléctricos según su velocidad
Una vez que ya conocemos un poco más de cerca cómo son los procesos de carga en un vehículo eléctrico, vamos a ver ahora los tipos de carga para coches eléctricos que existen según su velocidad.
Carga doméstica
Esta carga es la más lenta y se aplica, como su nombre indica, exclusivamente en el ámbito doméstico. Como la instalación que solemos tener en casa está dimensionada para potencias no muy elevadas, el coche recibe poca energía, por lo que el tiempo para recargar su batería será prolongado.
La ventaja de la carga doméstica o lenta es que conserva mejor las baterías de los vehículos eléctricos, prolongando su vida útil. Esa es la razón por la que algunos fabricantes recomiendan el uso de carga lenta a sus clientes.
En esta modalidad es importante prestar atención al tipo de cargador que se utiliza. Se recomienda utilizar siempre equipos preparados y evitar el cable de emergencia que trae el vehículo. Ese cable tiene una toma igual a las que tenemos en casa, pero cargar el coche en un domicilio con este tipo de cable puede causar sobrecalentamientos. Como consecuencia, el enchufe se puede fundir o incluso provocar algún incendio.
Carga semi rápida
Este tipo de carga es la que se suele utilizar en supermercados, oficinas, parkings o centros comerciales, entre otras instalaciones.
En la carga semi rápida, la potencia suele ir de los 11kW a los 22kW. No se recomienda su instalación en una vivienda debido al considerable aumento de potencia contratada que requiere y los costes que esto implica.
Carga rápida y súper rápida
Los tipos de carga para coches eléctricos más veloces son los que ofrecen los equipos de corriente continua que suele haber en emplazamientos públicos como las electrolineras.
La carga rápida o la súper rápida no se deben utilizar de manera habitual. Esto se debe a que, aunque el tiempo de recarga se ve considerablemente reducido, la batería se resentirá si se utiliza como método de recarga diario.
Como hemos visto, las opciones de recarga de un vehículo eléctrico son variadas. Elegir el tipo de carga más adecuado para nuestro coche eléctrico en cada momento nos permitirá aumentar su vida útil, así como optimizar el tiempo que dedicamos a esta tarea.