Quartzbox, se trata de un nuevo embalaje para lubricantes pensado para disminuir la huella de carbono.
El cambio climático y sus consecuencias son uno de los mayores retos que afrontamos en la actualidad. Alcanzar el objetivo cero neto es clave para encontrarle una solución, por eso países, empresas y ciudadanos trabajan para reducir lo máximo posible la huella de carbono de sus actividades. Y resulta que un humilde envase de aceite puede marcar la diferencia.
La manera en que se transporta un producto afecta a la huella de carbono de toda la cadena de distribución, desde el almacén de origen hasta el de destino, pasando por los vehículos que lo trasladan. Así que en TotalEnergies nos preguntamos cómo podrían nuestros productos reducir las emisiones asociadas a su transporte y almacenamiento. Y encontramos la respuesta en una caja.
Quartzbox, una caja con muchas cualidades
Efectivamente, las empresas pueden actuar sobre muchas variables para reducir sus emisiones contaminantes. En el caso de TotalEnergies, llevamos a cabo distintos desarrollos en este sentido relacionados con los lubricantes. Uno de ellos es la manera en que envasamos los productos y de ahí surgió la idea de utilizar Quartzbox para parte de ellos.
Quartzbox consta de una caja casi cúbica y un envase en su interior con muchas cualidades. Por un lado, reduce el uso de materiales necesarios para fabricar un envase de aceite, pero eso no es todo: además, optimiza el espacio para su transporte y almacenaje, y facilita la reducción de residuos al usuario una vez utilizada.
¿Cómo se consigue todo esto? Muy sencillo: la caja de cartón se utiliza como embalaje protector, de tal manera que el envase que contiene el producto en su interior, de 20 litros, reduce el 86% la cantidad de plástico necesaria para su fabricación. Es decir: a menor uso de plástico, menores emisiones. Además, se trata de plástico reciclable, que permite su reutilización para elaborar nuevos envases.
La caja de cartón también tiene otra utilidad: es la que se utiliza para comunicar las características del producto a los usuarios, como el tipo de lubricante que es, la normativa y especificaciones que cumple, cómo ha sido fabricado… Esto significa que ya no son necesarias etiquetas adheridas directamente en el envase.
Menos espacio, menos emisiones
Otra de las principales ventajas de Quartzbox tiene que ver con su forma. Como es una caja, el palé utilizado para su transporte puede reducir su volumen el 20%.
Esto significa, en la práctica, una mayor cantidad de producto que se transporta en el mismo palé. Algo similar ocurre con su almacenaje: se puede guardar más producto en el mismo espacio. Como resultado, se necesitan menos viajes para recoger la misma cantidad de lubricante y, por tanto, las emisiones contaminantes disminuyen.
Una vez utilizado el lubricante, deshacerse del embalaje es más sencillo con Quartzbox. El envase de 20 litros se aplasta fácilmente, algo que no ocurre con las tradicionales latas de aceite. ¿Qué quiere decir esto? Que se reduce el espacio necesario para su eliminación. Y, por tanto, el que ocupan estos residuos en el camión que pasa a recogerlos. Esto, a su vez, se traduce en menos viajes para retirarlos. O, lo que es lo mismo, en menos emisiones contaminantes y menos costes ligados al producto.
Como hemos visto, el diseño de Quartzbox ha tenido en cuenta todas las emisiones contaminantes ligadas al envase de un lubricante que se pueden llegar a reducir, desde su fabricación y hasta su reciclaje. Es un esfuerzo más en los objetivos de desarrollar productos cada vez más respetuosos con el medio ambiente y colaborar a reducir la huella de carbono de toda la cadena de distribución.