Puntos de lubricación de tu coche que no sabes que existen
Una pista: las grasas son las que se encargan de que muchos de ellos funcionen correctamente.
Te vamos a hacer una pregunta: ¿cuáles dirías tú que son los puntos de lubricación de un coche? Seguro que la mente se te va directamente al motor. Aceite entre los pistones, los segmentos y las camisas. Un lubricante de motor capaz de aguantar las altas presiones y temperaturas, con las propiedades adecuadas.
Si llevas ya un tiempo leyendo este blog, pensarás además en los aceites de las cajas de cambios, manuales o automáticas. O en las direcciones, donde este producto separa elementos o actúa como un hidráulico.
Si eres un superexperto en la materia, pensarás en el aceite del climatizador o aire acondicionado, un producto del que solo nos acordamos en verano, cuando el aparato no funciona y tenemos que buscar a toda prisa un taller que nos solucione el problema. Aunque el lubricante que se utiliza en la zona del compresor es uno de los grandes olvidados, es necesario cambiarlo con el tiempo.
En definitiva, si te hacemos esa pregunta, tenderás a pensar en un aceite que separa dos superficies e impide que entren en contacto para que no se produzca un desgaste y duren el máximo tiempo posible.
¿Y las grasas? ¿Se te ha ocurrido pensar en ellas? Pues estos humildes elementos son muy importantes y se merecen un reconocimiento porque hacen mucho por tu coche.
¡Un momento! ¿Grasas?
Sí, grasas. Los aceites siempre se llevan todo el protagonismo, pero tu coche lleva grasas que evitan que muchos elementos se averíen.
Las grasas están compuestas por productos químicos que forman el espesante y el aceite. Se encargan de lubricar muchos puntos que solemos olvidar. Se trata de pequeños elementos que necesitan que esa lubricación dure toda la vida útil del vehículo, porque si se estropean no queda más remedio que cambiarlos: no admiten una reparación en un taller.
Esto se debe a que las piezas son tan pequeñas y la cantidad de grasa que necesitan es tan reducida, que se necesitaría a alguien parecido a un relojero para realizar su mantenimiento. Por esa razón la grasa dura de por vida, ya que en la mayoría de los casos no podríamos realizar el mantenimiento de las piezas que impregna.
Para cumplir con su función, las grasas son productos muy técnicos que utilizan los fabricantes según sus propias especificaciones. Forman parte del primer llenado, es decir, se utilizan directamente en la fábrica. Por eso el fabricante del vehículo realiza pruebas sobre los elementos que lubrican las grasas para comprobar que estas funcionan correctamente y que no van a dar problemas durante la vida útil del coche.
Por este motivo, las grasas son productos homologados por los fabricantes que superan largos tests de aprobación y que no se sustituyen a la larga.
¿Y cuáles son esos puntos de lubricación que bañan las grasas?
Existen muchos puntos de lubricación en los que se emplean grasas y cuya existencia se suele olvidar:
- Guías y ajustadores de los asientos que permiten moverlos.
- Motores de los retrovisores.
- Estárteres.
- Sistemas de frenos (cáliper, rodamientos, frenos de estacionamiento…)
- Juntas, correas, embragues, turbo, dirección.
- Puertas, techos solares, motores de los elevalunas, cerraduras, limpiaparabrisas.
- Rodamientos de ruedas, ejes, quinta rueda en los camiones.
- Contacto del claxon, contactos eléctricos, alternador.
¡Y nos quedamos cortos enumerando! Eso sí, aunque el número de puntos que necesitan lubricación en un vehículo es muy elevado, la cantidad de grasa que se emplea no es tanta: alrededor de dos kilos de producto. Eso sí, deben ser grasas de muy alta calidad, como las que fabrica Total, que han sido aprobadas y utilizadas por un buen número de fabricantes de componentes de automoción, además de constructores de vehículos.
2 comentarios en “Puntos de lubricación de un vehículo”
Tenéis razón. Yo no lo habría adivinado. Muchas gracias por la información.
Efectivamente, cuando se trabaja con grasas debe de hacerse siempre de acuerdo a las indicaciones de mantenimiento que pauta el fabricante. No es la primera ni la segunda vez que tenemos que encargarnos de realizar una apertura ganzuada de un vehículo cuyo mecanismo de cierre había sido mantenido de una forma deficiente, con el empleo de más cantidad de grasa de la necesaria.