¿Duran menos sus baterías con temperaturas muy bajas? ¿Podemos hacer algo al respecto? Te lo aclaramos.
A los coches eléctricos no les gusta el frío y, cuanto más extremo es, menos les gusta. Si alguna vez te has preguntado si el frío y las bajas temperaturas afectan a estos vehículos, la respuesta corta es esa. Por supuesto, hay otra explicación más larga para este problema y te la vamos a ofrecer en este artículo.
¿Afecta el frío a los coches eléctricos?
El frío intenso produce un efecto negativo en los coches eléctricos. Si en los de combustión se pueden dar problemas de congelación de fluidos a temperaturas exteriores muy bajas, en los eléctricos el problema tiene que ver con otro elemento: su batería.
Efectivamente, las bajas temperaturas reducen temporalmente la autonomía de los coches eléctricos. ¿Por qué? Muy sencillo: porque las reacciones químicas que se producen dentro de las baterías son más lentas que cuando tenemos temperaturas suaves. En condiciones extremas —con temperaturas muy por debajo de cero, nieve o hielo—, estos problemas empeoran.
¿Por qué afecta el frío a las baterías de los coches eléctricos?
A las baterías de los coches eléctricos les gusta trabajar en temperaturas templadas, es decir, cuando no hace ni mucho calor ni mucho frío. En el caso del frío intenso que se da en invierno, el fluido electrolítico del interior de las baterías de iones de litio se vuelva más lento.
Como consecuencia de este fenómeno, la reacción que mueve los iones de litio desde el ánodo hasta el cátodo también se ralentiza. Esto se traduce en una caída del rendimiento y, por tanto, en una pérdida de autonomía del coche eléctrico.
Este efecto quedó demostrado durante un experimento conducido en 2020 por la Federación Noruega del Automóvil para comprobar el porcentaje de autonomía que perdían los coches eléctricos debido al frío. Se utilizaron 20 de los vehículos eléctricos más vendidos en Noruega, que se cargaron durante la noche bajo techo e iniciaron el viaje con un arranque en frío.
Para la prueba, la asociación realizó un viaje que incluyó tramos en ciudad, autopistas y carreteras secundarias. La conclusión del estudio fue que estos vehículos habían perdido el 20 % de su autonomía en promedio.
¿Qué ocurre con los procesos de recarga con frío extremo?
Pues resulta que el frío extremo también afecta al proceso de recarga de las baterías. De hecho, los coches eléctricos tienen un sistema de gestión que impide la recarga rápida si la batería está demasiado fría. Esto puede suponer un problema, especialmente si el vehículo duerme en el exterior.
Si hace mucho frío, además, parte de la carga de las baterías puede no estar disponible a la hora de conducir, una medida destinada a preservar la salud de las baterías. Por otro lado, algunas funciones como el freno regenerativo pueden verse limitadas o desactivadas hasta que el coche alcance una temperatura adecuada.
En estas situaciones, muchos de los vehículos eléctricos actuales emplean el propio fluido refrigerante, que se suele utilizar para enfriar las baterías, para producir el efecto contrario: calentarlas durante el arranque. Para ello, invierten el proceso y utilizan el calor ya generado para acelerar el calentamiento de las baterías cuando iniciamos la marcha.
De esta manera se reduce significativamente el tiempo necesario para que las baterías alcancen su temperatura óptima de funcionamiento.
¿Las temperaturas extremas reducen también la vida útil de las baterías?
Sí y no. En realidad, tanto las altas como las bajas temperaturas no tienen un efecto directo sobre la vida útil de las baterías de un coche eléctrico. El problema surge con la reducción de su autonomía, que hace necesario un mayor número de ciclos de recarga. Y esto sí que afecta a la duración de las baterías.
Pongamos un conductor que en Suecia haga los mismos kilómetros al año que otro en España: necesitará realizar más recargas en su vehículodebido al efecto del frío sobre la autonomía de su vehículo. Esto supondrá un mayor desgaste para las baterías de su vehículo.
En cualquier caso, las baterías que se montan actualmente en los vehículos eléctricos son de una gran calidad y ofrecen un elevado rendimiento durante muchos años con una mínima pérdida de sus prestaciones.
¿Qué podemos hacer para alargar la duración de las baterías en invierno?
Planificar y anticipar, tanto en la recarga como en la conducción, es la mejor estrategia que se puede seguir para extender la autonomía de un coche eléctrico en invierno. Sigue estos consejos sencillos y podrás sacarle el máximo partido a sus baterías:
– Procura recargar tu coche eléctrico por la noche, cuando suele resultar más económico.
– Programa la calefacción de tu coche eléctrico: la climatización en estos vehículos puede suponer en torno al 5 o 10 % de su consumo energético. Si sueles salir a primera hora de la mañana, programa el vehículo para que caliente el habitáculo antes de arrancar. Así no consumirá tanta energía de la batería al iniciar la marcha.
– Utiliza los sistemas de climatización complementarios: si tu coche eléctrico los tiene, activa también el asiento y el volante calefactables. Disfrutarás desde el inicio de una buena temperatura casi sin tomar energía de la batería y reducirás el uso de la calefacción del vehículo.
– Pon a recargar tu coche nada más aparcar: como las baterías ya están calientes, no necesitarás precalentarlas para alcanzar la temperatura óptima de recarga.
Recuerda que, al igual que ocurre con un vehículo convencional, un coche eléctrico también requiere ciertos cuidados y mantenimiento. Sigue siempre las instrucciones del fabricante y prolongarás su vida útil.