La transmisión de los vehículos eléctricos, sin secretos

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La transmisión es un sistema tan importante como lo es para los vehículos de combustión. Te contamos para qué sirve y en qué consiste.

El sistema de transmisión es muy importante en cualquier automóvil, ya que es el que une el motor con las ruedas. Los eléctricos no son una excepción, así que en este artículo te vamos a contar cómo son las transmisiones en los vehículos eléctricos.

Transmisiones en los vehículos eléctricos

Como su propio nombre indica, el cometido de una transmisión consiste en transmitir la potencia del motor a las ruedas con la máxima eficiencia. En estos sistemas nos encontramos con tres posibilidades: que se transmita a las ruedas delanteras, que lo haga a las traseras o a las cuatro ruedas a la vez.

Para cumplir con esta misión, es necesaria una serie de elementos, los engranajes, que son los que cambian la velocidad de la marcha según lo que necesitemos en cada momento. Por ejemplo, en función de si circulamos por una carretera plana —marchas largas— o si necesitamos más potencia para subir una cuesta —se reduce la marcha—.

¿Qué pasa con los vehículos eléctricos? Que su motor entrega toda su potencia desde el mismo momento en que se pone en marcha. Así tendremos una rápida respuesta desde el momento en el que se arranca el motor.

Esto supone que el eje que sale del motor eléctrico llegará rápidamente a unas 16.000 o 20.000 revoluciones por minuto (rpm) —que es una barbaridad— y que lo hará en menos tiempo que un motor de combustión. Eso sí, tenemos que llevar todo esto a las ruedas, que giran a velocidades menores —entre 800 y 1200 rpm generalmente—.

Aunque el motor ha cambiado —ahora es eléctrico—, las ruedas seguirán funcionando en condiciones parecidas a las de un coche de combustión interna. Así que un vehículo eléctrico necesitará también elementos que faciliten ese funcionamiento.

Sistema EDU y aceite

Al sistema de motor eléctrico y reducciones que utilizan los vehículos eléctricos se le conoce como sistema EDU (Electric Drive Unit). Sus equivalentes en un vehículo con motor de combustión serían la caja de cambios y los diferenciales.

En los coches y furgonetas eléctricos, esa reducción —la caja de cambios con salida hacia las ruedas— puede estar unida al motor eléctrico o separada de él.

Si se encuentra separada, el aceite simplemente debe contar con características similares a las de los lubricantes que se utilizan habitualmente. ¿Qué ocurre si están unidas? Que el aceite puede entrar en contacto con el motor eléctrico, donde hay elementos delicados.

Por ejemplo, se requiere que el lubricante tenga una baja conductibilidad para evitar cortocircuitos. También puede haber problemas de corrosión por la humedad o presencia de cobre, que puede llegar a diluirse en el aceite si no tiene las propiedades adecuadas.

Como hay elementos que pueden verse afectados por el lubricante, es necesario utilizar productos con nuevas características, que sean capaces de lubricar y refrigerar las zonas en las que el aceite entra en contacto con estos materiales.

Componentes de la transmisión del vehículo eléctrico

Volvamos al sistema de transmisión. ¿Qué componentes nos encontramos en el de un coche eléctrico?

– El sistema de control electrónico: es necesario pasar de corriente continua (DC), almacenada en la batería, a corriente alterna (AC), que es la que utiliza el sistema de control electrónico.

En este sistema nos encontramos los transistores que controlan el funcionamiento del motor.

El módulo de control funciona a 24 voltios, mientras que el módulo de potencia lo hace entre 350-800 voltios. Ese módulo de control es el que convierte la corriente continua en corriente alterna con el valor y la fase correctos para proporcionar el par motor.

– El motor eléctrico: este elemento es el que aprovecha la energía que genera el inversor, que es el que convierte la energía eléctrica en energía mecánica, produciendo un movimiento de rotación.

El motor eléctrico tiene dos componentes: el estator, donde se forman campos magnéticos variables utilizando la corriente que pasa por los hilos de cobre; y el rotor, donde nos encontramos los imanes, de campos magnéticos fijos. Estos campos magnéticos se repelen y producen el movimiento rotatorio que llevaremos, mediante el eje, hacia la reducción.

– La reducción: es la que transmite la potencia del motor eléctrico a las ruedas. Muchos coches eléctricos cuentan con un reductor simple que tiene una transmisión de una sola velocidad y un diferencial, con un eje de entrada conectado al motor y dos conectores de eje de salida a las ruedas. Eso sí, si habláramos de camiones eléctricos, esto se podría complicar más.

A grandes rasgos, esto sería la transmisión: un motor eléctrico con un eje de salida unido a la reducción y un sistema de control de la potencia.

Sencillo, ¿verdad? Pues no lo es tanto como parece: presenta complicaciones importantes. Entre otras, controlar unas temperaturas de funcionamiento tan elevadas que pueden llegar a representar un problema. Pero de esto te hablaremos con más detalle en un próximo artículo de nuestro blog.

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