Es uno de los elementos más importantes de estos vehículos. Respondemos a estas y otras cuestiones.
El coche eléctrico será cada vez más importante, por eso en este blog le estamos dando un buen repaso. Veamos: hemos hablado sobre los distintos motores eléctricos que existen, de las transmisiones que se aplican en estos vehículos junto a la unidad de potencia EDU e incluso sobre la evolución de las baterías. Ahora nos centraremos en explicar cómo son estos elementos por dentro.
¿Qué hay dentro de una batería?
Seguramente nunca has echado un vistazo a la batería de un coche eléctrico por dentro. ¿Y si te decimos que lo que te encontrarías allí es un montón de pilas?
Vamos a explicar esto: una batería es un conjunto de módulos en cuyo interior hay pilas. Sí, pilas como las que utiliza el mando de tu televisor o, al menos, de aspecto muy parecido. En ellas es donde se almacena la energía eléctrica que permite funcionar al coche eléctrico.
Así, la función de la batería consiste en almacenar la energía cuando ponemos el coche a cargar para después enviarla al motor eléctrico —pasando por la EDU, que controla las transferencias de electricidad— y que mueva el vehículo. El sistema de control de la batería BMS gestiona todos sus módulos para regular la carga y la descarga. Todo esto sucede dentro de un depósito cerrado que está unido al chasis.
¿Cómo es la batería de un coche eléctrico?
En cuanto al tamaño de la batería de los coches eléctricos, debes saber que no siempre es el mismo. Depende en gran medida de la autonomía y de la potencia que pueda desarrollar el vehículo.
Respecto a la forma de la batería, también puede variar. En su caso, lo hará en función del chasis en el que se vaya a instalar. Aunque hasta ahora prácticamente se diseñaban las baterías para adaptarlas al chasis, ahora se empieza a hacer al revés: se fabrican módulos acoplables entre sí con chasis que permiten modificaciones para instalar más baterías en los modelos con alta potencia.
Baterías: la cuestión de las temperaturas
El principal problema que nos podemos encontrar en este tipo de conjuntos tiene que ver con las temperaturas de trabajo.
Hay que tener en cuenta que la batería almacena energía en el momento de carga y la suelta en el momento de la descarga. Normalmente, deberían trabajar en un rango de entre 5 y 50 ºC. Si lo hacen por encima o por debajo de esas temperaturas, tendríamos una pérdida de energía eléctrica. ¿Por qué? Pues porque las transferencias de energía eléctrica se ralentizan en frío, pero también se pierde energía en forma de calor cuando este es excesivo.
Por todo esto hace falta calefactar la batería en frío —por debajo de 0 ºC—, y refrigerarla por encima de los 30 ºC, de tal manera que obtengamos la máxima potencia a cualquier temperatura.
Sobre los sistemas que se utilizan para refrigerar o calefactar baterías te hablaremos en un próximo artículo: desde enfriamiento por aire a refrigeración líquida indirecta o directa, e incluso sistemas de aire acondicionado.
De momento, solo un detalle: en las refrigeraciones líquidas indirectas podría utilizarse un refrigerante formado por agua y glicol, como el que se usa en los coches de combustión. Sin embargo, en la directa no sería posible porque, como sabes, el agua no se lleva bien con los contactos eléctricos. Este sistema de refrigeración debe estar en contacto con los módulos (directa o indirectamente), tanto para para sacar el calor como para calefactarlos.
Las pilas en un coche eléctrico
Las pilas que van en las baterías de los coches eléctricos tienen la forma típica que conoces tan bien: pueden ser cilíndricas, prismáticas, etc. En la siguiente imagen te mostramos pilas fabricadas por SAFT, una empresa de TotalEnergies.

Como todas las pilas, las que se usan en coches eléctricos tienen un polo positivo y otro negativo, con un electrolito que asegura la conducción eléctrica. Normalmente son de compuestos de litio-hierro fosfatos o de óxidos de litio con manganeso, cobalto o níquel.
Aunque el litio es el elemento básico, son otros compuestos que forman el electrolito los que nos permiten obtener distintas prestaciones, como voltajes o capacidad de almacenamiento, entre otros.
Existen otras tecnologías para estas pilas, pero no compensan por el coste de las materias primas y sus períodos de vida más cortos, como sería el caso de las de níquel y de ácidos. Así que la tecnología dominante hoy es la de las baterías de litio, que nos proporciona una alta densidad de almacenamiento de la energía eléctrica y un período de uso mayor.
Actualmente se estudia el desarrollo de baterías de sodio, pero es una tecnología que todavía no está madura. Los principales fabricantes de pilas para los coches eléctricos son, junto con SAFT: Panasonic, Tesla, Samsung, BYD, LG Chem, CATL y fabricantes chinos.
Ya conoces cómo son por dentro y por fuera las baterías de los coches eléctricos. En un próximo artículo te explicaremos qué se le pide a estos elementos y te aclararemos cuánto duran, así que permanece atento a este blog.