Los vehículos deportivos están entre el circuito y la calle. ¿Sabes realmente qué es un coche deportivo?
Los coches deportivos llevan décadas haciendo soñar a la gente. Son muy atractivos, con unas prestaciones y unas características que les dotan de un carácter muy especial. Sin embargo, no todos los coches que llevan el apellido “deportivo” lo son.
Tampoco es que haya una definición muy exacta de cuáles deben ser las diferentes características y cualidades que debe tener un deportivo. Así que vamos a intentar aproximarnos a una. Vamos a ver qué cualidades debería reunir un vehículo deportivo que se precie.
Qué es un vehículo deportivo
Lo primero que vamos a hacer es consultar el Diccionario de la Real Academia Española. Según recoge, un automóvil deportivo es “un automóvil, generalmente, de poco peso, dos plazas, dotado de una mecánica de altas prestaciones y diseñado para circular a alta velocidad”.
Aunque es una definición que trata de acotar el concepto, es habitual que se confunda un automóvil deportivo con un vehículo que tiene carácter o acabado deportivo. Y no es exactamente lo mismo.
Por ejemplo, un automóvil de calle puede estar equipado con una serie de accesorios o un paquete de opciones deportivo para dar una apariencia deportiva. Sin embargo, probablemente no se ajustará a la definición exacta de automóvil “deportivo”.
También hay quien califica como vehículo deportivo a cualquier automóvil que ofrezca una potencia o prestaciones sensiblemente superiores a las del resto de los vehículos de la gama.
En cualquier caso, sí parece existir un consenso sobre el significado de “automóvil deportivo”. Es decir: un vehículo diseñado para ofrecer unas altas prestaciones, fuera de lo común y con algunas características similares a las de un vehículo de circuito.
¿Si un coche es muy rápido, es también deportivo?
Puede que, a estas alturas, te preguntes si un coche se puede considerar deportivo por tener una velocidad máxima determinada o una gran capacidad de aceleración. La respuesta es no: que un vehículo pueda ser muy rápido no quiere decir que tenga que ser deportivo.
Esto es muy fácil de ver si recurrimos a un peso pesado como el Rolls-Royce Phantom. Este vehículo tiene un motor V12 de 6,75 Litros de cilindrada, que entrega 563 CV, acelera de 0 a 100 km/h en 5,4 segundos y tiene una velocidad máxima de 250 km/h.
A la vista de estos registros, nadie puede discutir que un Rolls-Royce Phantom es un vehículo extremadamente rápido. Sin embargo, no es un vehículo deportivo.
De hecho, dejando a un lado su motorización y sus prestaciones puras, hay muchas otras características que se deben tener en cuenta para catalogar un vehículo como deportivo.
¿Como es un vehículo deportivo constructivamente hablando?
Más allá de sus prestaciones y precio, se pueden enumerar muchos factores que caracterizan a los coches deportivos. Empezando por su motor —y su sonido—, su transmisión, su chasis, su suspensión, sus frenos, el reparto de pesos, los materiales utilizados para fabricarlo…
Tan importante como lo anterior son las sensaciones que transmite el vehículo al conductor. Conducirlos es una experiencia que solo se puede vivir al volante de este tipo automóviles.
Motor y sonido
Lo primero que hay que aclarar es que, para que un automóvil deportivo sea divertido y excitante, no hace falta que monte un motor descomunal.
Pensemos por un momento, por ejemplo, en una berlina que sí lleve un motor descomunal. Por ejemplo, un Mercedes AMG S 65 L. Comparémosla ahora con un pequeño descapotable, por ejemplo, un Mazda MX-5 ST 2.0 Skyactiv-G.
Un Mercedes AMG S 65 L monta un motor V12 de 6 litros que ofrece 630 CV, acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y tiene una velocidad máxima “autolimitada” de 250 km/h. Sin embargo, este vehículo —que mide más de 5 metros y pesa más de 2,3 toneladas— puede que no sea el más divertido para afrontar un puerto de montaña lleno de curvas lentas.
Sin embargo, el pequeño Mazda MX-5 ST 2.0 Skyactiv-G —un biplaza de 3,9 metros que ofrece 184 CV con un peso inferior a 1.100 kg, alcanza los 219 km/h y acelera de 0 a 100 en 6,5 segundos— probablemente nos ofrezca una conducción mucho más divertida y excitante en este tipo de trazados. Esto se debe tanto a su peso, muy inferior al del Mercedes, como a su menor tamaño y su bajo centro de gravedad.
De todas formas, es habitual que los motores de los coches deportivos se diseñen no solo para ofrecer altas prestaciones y poder girar a altas revoluciones, sino también para que su sonido sea excitante, sugerente y nos aporte sensaciones de deportividad.
En próximos artículos seguiremos hablando sobre las características constructivas de los coches deportivos y sus diferencias con otros modelos.