La contaminación del lubricante por agua es un problema serio. Te contamos cómo se puede producir.
“Son como el agua y el aceite”. ¿A qué has oído alguna vez esta expresión? Se usa para referirse a dos personas que no congenian. Algo parecido pasa con el agua y el aceite de motor: hay que evitar a toda costa que la primera contamine al segundo por qué no se llevan bien. Hay varias razones por las que esto ocurre y que, como siempre, pasamos a explicarte.
Un contaminante muy dañino
Los fabricantes de vehículos invierten mucho dinero en mejorar la filtración de los lubricantes. El objetivo consiste en mejorar su limpieza y evitar que las partículas los contaminen. Sin embargo, hay un contaminante que es mucho más dañino y peligroso: el agua. Su presencia en estos fluidos puede tener consecuencias preocupantes:
– Influye negativamente en la formación de la película protectora.
– Acelera la oxidación del lubricante.
– Provoca la descomposición de ciertos aditivos, así como la formación de depósitos y residuos.
¿Quiere decir esto que no puede haber agua en el aceite de motor bajo ningún concepto? No exactamente. Es habitual que los lubricantes actuales trabajen con cierto contenido de agua, sobre todo en motorizaciones híbridas.
Lo que ocurre es que, si ese contenido de agua supera cierto nivel, tendremos un serio problema en el motor que, por desgracia, no se arreglará solo con cambiar el aceite.
Qué fluidos pueden contaminar el aceite de motor
¿Alguna vez has detectado un aumento del nivel de aceite de motor en tu vehículo? Si es así, te habrás preguntado cómo puede suceder esto, cuando lo más habitual es que ese nivel disminuya. En realidad, la razón es muy sencilla: esto sucede fundamentalmente porque otro fluido ha contaminado el lubricante.
Básicamente, un aceite de motor puede contaminarse por tres tipos de fluidos:
– Combustible sin quemar procedente de la cámara de combustión.
– Líquido refrigerante proveniente del circuito de refrigeración del propio motor.
– Agua que viene del exterior, bien por condensación del aire exterior o bien por entrada directa del agua a través de alguno de los componentes del motor.
Cómo llega el agua al aceite de motor
En concreto, hay dos vías por las que el agua suele acceder al aceite de motor y son las dos últimas que acabamos de ver. ¿Cómo se producen estas contaminaciones? Veámoslo.
Contaminación por agua del líquido refrigerante
¿Por qué el líquido refrigerante puede llevar agua al aceite de motor? La explicación es muy sencilla: porque una gran parte de su composición es agua. Así que esta puede acabar en contacto con el lubricante por distintas vías:
– Fugas de refrigerante a través de la junta de la culata, que generalmente aparecen por un sobrecalentamiento del motor.
– Grietas en la propia culata o en el bloque motor, que también pueden aparecer por un sobrecalentamiento o por daños producidos por la congelación del líquido refrigerante dentro del propulsor. Esto puede pasar si las temperaturas son muy bajas y el líquido refrigerante no ofrece ni la calidad ni la concentración de glicol adecuadas.
– Sellado defectuoso en la parte inferior de las camisas.
– Corrosión de las camisas de los cilindros. Esto puede pasar si el refrigerante no tiene inhibidores de corrosión o estos se agotan. Como consecuencia, se pueden crear perforaciones en las camisas y acceso del fluido a los cilindros del motor.
– Fugas en el enfriador de aceite que pueden provocar que el lubricante acceda al circuito del líquido refrigerante y viceversa.
Entrada directa de agua
También pueden darse circunstancias que provoquen una entrada directa de agua al lubricante de motor. Estas son algunas de ellas:
– Vehículos que funcionan durante mucho tiempo al ralentí, sobre todo en invierno. En estas situaciones se crea una condensación de agua procedente del aire exterior mucho mayor en el cárter. Como consecuencia, la contaminación del aceite por agua aumenta.
– Maquinaria off-road con colectores de escape verticales y, en ocasiones, descubiertos. En estos casos puede entrar agua de lluvia hasta el motor a través de dichos colectores.
– Vehículos y maquinaria que circulan o trabajan en zonas inundadas (orillas de ríos, lagunas, pantanos, etc.) o con niveles de agua muy elevados, así como los que atraviesan charcos profundos. En estos casos el agua puede llegar a entrar a través de la parte inferior del cárter motor, si este no está sellado correctamente.
En estas situaciones, no solo el aceite del motor puede contaminarse por agua, sino también el fluido de la transmisión. Este sistema suele estar normalmente en la parte inferior del vehículo y, si se sumerge y no está correctamente sellado, también corre el riesgo de que cierta cantidad de agua entre en contacto con su lubricante.
– Vehículos híbridos de última generación. Su motor de combustión interna trabaja con ciertas peculiaridades, como arranques y paradas repetidos o un mayor número de horas de funcionamiento en frío. Esto provoca una mayor condensación de agua procedente del aire exterior que en automóviles convencionales.
Para evitar posibles daños por la entrada de agua en el aceite de motor es imprescindible elegir un lubricante de máxima calidad y adecuado tanto al tipo de vehículo como a su uso. Es necesario seguir escrupulosamente las recomendaciones del fabricante para proteger el motor, preservar sus prestaciones y alargar su vida útil.
En un próximo artículo te contaremos cómo saber que el contenido de agua en el aceite del cárter está muy por encima de los valores normales. También te explicaremos las consecuencias que tiene para el propio lubricante un alto contenido de agua.