Reduce hasta el 90 % las emisiones de CO2 en comparación con combustibles procedentes del petróleo.
Viajar en avión sin dañar el medioambiente. Suena bien, ¿verdad? Pues ya hay combustibles disponibles que ayudan a mejorar la sostenibilidad de la aviación. Es el caso de SAF (Sustainable Aviation Fuel), que no procede del petróleo y reduce considerablemente las emisiones.
Ya conoces Net Zero, la estrategia que busca reducir el efecto invernadero alcanzando el cero neto en emisiones de los gases que lo acentúan. La Unión Europea se ha fijado 2050 como el año en el que deberemos alcanzar ese cero neto. Esta iniciativa afecta a los combustibles de aviación, sobre todo el más utilizado comercialmente, que es el JET A-1.
Como bien sabes, cuando se quema un combustible se produce dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero. En el caso del sector de la aviación, sus emisiones suponen entre el 2 % y el 3 % de las emisiones globales de este tipo de gases.
Como comentamos antes, el objetivo Net Zero implica que se reduzcan los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. ¿Y cómo se consigue esto? Con productos que generen menos emisiones o que estén desarrollados a partir de moléculas que no contengan carbono.
¿Qué significa ser sostenible?
Cuando hablamos de un producto sostenible queremos decir que se trata de un producto que asegura las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, siempre sin renunciar a la protección del medioambiente, el crecimiento económico y el desarrollo social.
Además, ese producto debe ser durable, es decir, que su capacidad de ser suministrado esté asegurada. Esto implica que los sistemas de producción sean viables y las materias primas se puedan aprovisionar sin problemas. Aquí es donde surge SAF, el combustible sostenible del que hablaremos en esta ocasión.
SAF es un producto que se puede mezclar con el carburante JET A-1 sin problemas, cumpliendo las normas y ensayos que se aplican a este producto. Con su uso se consigue disminuir en un 90 % las emisiones de CO2 en comparación con la cantidad equivalente de producto proveniente del petróleo.
Esa disminución proviene de que ese 90 % de emisiones se absorbe directamente por la naturaleza u otros medios —depósitos de CO2—, por lo que la generación de nuevo CO2 disminuye en esa proporción.
Si ya hay propulsiones alternativas, ¿por qué hace falta SAF?
Esta es una muy buena pregunta y se responde por las peculiaridades del sector de la aviación. La cuestión es que las soluciones que se aplican a los vehículos o a los barcos —baterías, gas natural y otras— no son una solución, al menos por el momento, aplicable en aviación, por lo que se ha tenido que desarrollar el SAF.
Y no lo son por varios motivos: el tamaño de las baterías o de los depósitos de combustible que hacen falta para mover el avión, el sistema de inyección de combustibles en motores y turbinas, el propio diseño de estos, la logística que sería necesaria…
Todo eso hace que un motor eléctrico o uno de gas natural no sean viables para los aviones porque implicaría inversiones muy elevadas. No ocurre así con SAF, que no implica cambios en los aviones, ni en la logística.
¿De dónde viene SAF?
Este combustible sostenible para aviación se puede obtener mediante dos métodos:
1.- A partir de aceites usados, grasas animales, residuos de la agricultura…Todos estos productos se tratan en una biorrefinería para obtener ésteres y ácidos grasos, que son hidrotratados para su isomerización. Entre otras cosas, se busca que tengan un bajo punto de congelación —menor de -40ºC—.
2.- A partir de hidrógeno verde, que es el que se obtiene usando electricidad proveniente de placas solares, aerogeneradores, etc. en electrolizadores a partir del agua. Este hidrógeno se hace reaccionar con dióxido de carbono (CO2), obteniendo finalmente las moléculas de SAF de forma parecida al método anterior. El CO2 se obtiene de las emisiones de grandes empresas y se almacena mediante sistemas de captura de este gas.
¿SAF tiene que cumplir normas como los demás combustibles?
Efectivamente, SAF tiene que dar la talla ante determinadas normas. Concretamente, normas propias para el producto puro y las internacionales de JET A-1 cuando se mezcla SAF con el producto derivado del petróleo (AST D1665 y DEF-STAN 91-091). Además, debe cumplir las normas internacionales de sostenibilidad, como la ISCC-EU o la ASTM D7566.
Todo esto ha provocado que la asociación internacional de la aviación (IATA) lo haya aprobado para su uso y la Unión Europea haya establecido unos objetivos de uso hasta 2050:
- Utilización de un 2% en 2025.
- 5% mínimo en 2030.
- 32% mínimo en 2040.
- 63% mínimo en 2050.
Esta evolución dependerá sobre todo del desarrollo futuro de fábricas de SAF, más que de la demanda, ya que esta es superior actualmente a la producción a nivel mundial. En Francia, desde 2022, ya se utiliza un 1 % en mezcla con JET A-1 de origen petrolífero.
TotalEnergies y el producto SAF
SAF ya se ha utilizado con éxito. En mayo de 2021 se realizó un vuelo transatlántico París – Montreal utilizando un 16 % de SAF desarrollado por TotalEnergies. Posteriormente se han realizado vuelos de Niza a París con un 35 %.
También se han realizado diversos ensayos en compañías de transporte de mercancías y fabricantes de aviones y helicópteros. Airbus realizó ensayos con 100 % de producto SAF en octubre 2021, es decir, sin producto proveniente del petróleo.
Todos esos buenos resultados han dado lugar a un acuerdo de TotalEnergies con Air France / KLM de 1 000 000 de litros de aprovisionamiento durante 10 años, comenzando el acuerdo este mismo año 2023. Es el resultado de más de 10 años de investigación y desarrollo, junto a un alto grado de innovación e inversión por parte de todos los equipos de TotalEnergies.